La mayoría de los cargos del país 
están ocupados por fascistas de confianza. 
Lo que no hagan por fidelidad, 
lo harán por temor, 
ya que no ignoran que se les fiscaliza. 
La traición se castiga terriblemente.
Benito Mussolini

Sesenta días después de asumir el Poder (período de gracia, si lo hay, para cualquier mandatario), Javier Milei y su Gobierno acumulan una nueva y devastadora derrota. Improvisados, ignorantes, puerilmente agresivos, el señor Presidente y su troupe han cometido todos y cada uno de los errores que señala el Manual del Buen Político Profesional, desde insultar a sus aliados exponiéndolos como “coimeros” e “idiotas útiles” hasta festejar la victoria pírrica de una aprobación en general forzada y engañosa como si fuese definitiva. “Los muertos se cuentan fríos”, me adoctrinaba hace muchos años atrás un legislador de esos que no necesitaban leer sus discursos y que podían dar un salto mortal en una baldosa. 

De nada han servido los esfuerzos del malhumorado titiritero Miguel Pichetto. Han resultado inútiles sus clases abiertas de conducción de un cuerpo legislativo: chocaron con la ineficacia pueril, la incapacidad manifiesta de un Martín Menem al que el cargo de presidente de la Cámara le queda tan grande como el apellido: pobre “el Eduardo”…

Tampoco sirvieron los desesperados desvelos del puñadito de cuadros avezados con los que cuenta el oficialismo y sus adláteres: la Cámara de Diputados padece hoy de dos males que la atraviesan horizontalmente: el “dedismo” y la mercantilización de las candidaturas. 

Tampoco sirvieron los desesperados desvelos del puñadito de cuadros avezados con los que cuenta el oficialismo y sus adláteres: la Cámara de Diputados padece hoy de dos males que la atraviesan horizontalmente: el “dedismo” y la mercantilización de las candidaturas. 

Denunciado está durante la campaña que Javier Milei (o personas a las que él avalaba) “vendían” los puestos en las listas. Y también es de público conocimiento el sistema de armado de las listas del resto de los bloques. 

Eso ha cristalizado en un Cuerpo endeble, poco informado, para nada estudioso ni interesado, liviano, fútil, vergonzoso. Con miembros informantes que tienen que leer los discursos que les escriben sus asesores (y ni siquiera pueden hacerlo con la entonación o el énfasis necesarios). Con presidentes de bloque que sólo pueden imaginar un discurso de lugares comunes y se equivocan en sus afirmaciones. Con autoridades que no conocen o no saben cómo aplicar el reglamento.

En busca de nuevos conflictos

Claro, ¿qué se puede esperar en un gobierno de panelistas en donde el Ministro del Interior (que fue diputado) no sabe que el artículo 155 del Reglamento establece que “Un proyecto que, después de sancionado en general, o en general y parcialmente en particular, vuelve a comisión, al considerarlo nuevamente la Cámara, se le someterá al trámite ordinario como si no hubiese recibido sanción alguna”, y es sorprendido al aire por un periodista “de los propios” que se lo lee y lo deja zapateando? Pobre hombre: él, que fue a negociar con las mejores intenciones pero, luego de cerrar el trato, fue desmentido e inhabilitado por el propio presidente. Así las cosas. 

Y, sin embargo, mientras esta ley, que era el examen más importante que debía superar el Gobierno de La Libertad Avanza, se negociaba entre luces y sombras (más sombras que luces, claro, porque la mayoría de los negociadores son seres oscuros), el presidente Milei emprendió un viaje innecesario a Israel a donde arribó para llorar ante el muro de los lamentos (otro lugar común) y generar un nuevo conflicto internacional para nuestro país, anunciando que Argentina instalará su embajada en Jerusalén (cosa que, al parecer, provocó la ira de Hamás, acaso el grupo terrorista más importante y sanguinario de la actualidad). Tenemos experiencias nefastas con desafíos de estas características, pero tal vez -y sólo tal vez- en esta ocasión nos defiendan las Fuerzas del Cielo. 

¿Por qué viajó Milei en medio de un momento políticamente tan relevante y extraordinario? ¿Tanto compromiso tiene con el gobierno israelí? ¿Conan le dijo que viajara? ¿El Tarot la engañó a Karina? Misterios insondables de un presente político al que los analistas comprendemos parcialmente, sobre todo aquellos que ignoramos las mancias. 

Caídos de la bicleta

La Ley Bicicleta (luego de su desguace), pomposamente llamada Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos (Alberdi acaba de dar otra vuelta más en su tumba), cayó ayer mientras se cernía la noche en nuestra Patria (en todos los sentidos) y el gobierno de los perdedores volvió a sufrir una derrota, acaso las más brutal y definitiva desde su asunción. Y aunque los periodistas financiados por, entre otros, la Mossad -según los resultados del hackeo de Irán a la base de datos de la Agencia de Inteligencia Israelí- hayan salido en piara a arrojarse sobre la granada, el mal estaba hecho. Y era grave.

¿Por qué viajó Milei en medio de un momento políticamente tan relevante y extraordinario? ¿Tanto compromiso tiene con el gobierno israelí? ¿Conan le dijo que viajara? ¿El Tarot la engañó a Karina? Misterios insondables de un presente político al que los analistas comprendemos parcialmente, sobre todo aquellos que ignoramos las mancias. 

La respuesta, naturalmente, fue lo menos política que podía ser: amenazas a los gobernadores, identificación con nombre, apellido y foto de los diputados “traidores” según la Oficina del Presidente (parece que también van a marcar con una cruz la puertas de los domicilios de estos legisladores) y la aparición, nuevamente, de la idea de llamar a la consulta popular (lo que sería, en realidad, el final final del Gobierno). Incluso el Presidente, desbordado, le dio like al tuit de un influencer llamado Beto Mendeleiev en el que trata a los radicales de “putitas del peronismo”. 

Anochecer agitado de un día que esperaban de gloria y concluyó en fracaso; que provocó un nuevo ataque de ira del primer mandatario; que trajo aparejado un aluvión de trolls en las redes tratando de justificar lo injustificable; que impulsó diferentes formas del macartismo vernáculo: desde la publicación de listas negras hasta el anuncio de más ajustes. Pero que, sobre todo, obliga a Milei y su Combo a pensar otra estrategia… si es verdad que esta Ley era imprescindible para su proyecto de gobierno. 

Los círculos rojos nacionales y transnacionales observan con atención los tropezones de su Golem mientras, en la intimidad de la “nueva derecha democrática” argentina, un hombre de ojos celestes se restriega las manos.