"Sincerar, sí… el tema es hasta dónde", se preguntó Tomás Méndez al inicio de su programa por Canal Extra TV. "¿Hasta dónde la gente puede soportar y hasta dónde está dispuesta?", continuó.

Para el conductor de Tarde Picante, lo que se observa es "un Estado fuerte, malo, enojado, que puede llevarte puesto, que puede hacer lo que quiera, que puede pasar por encima de la Constitución e inclusive te puede mostrar las armas".

Aludía a las imágenes y las declaraciones de la ministra reincidente Patricia Bullrich, y sus supuestas advertencias al narcotráfico. "Todos los dirigentes políticos conocen quiénes son los narcos, con los cuales tienen relaciones intrínsecas. Y podrían hablar con ellos levantando tan solo un teléfono a través de un intermediario. Pero no. Lo hacen para la sociedad. Como quien dice... para la gilada".

"Sinceramos el precio de los combustibles, sinceramos el precio de la luz, pero no sinceramos el precio de los salarios. Y eso es lo complicado, porque si vos no sincerás todo, hay una variable que te queda retrasada y es la variable del hambre. Justamente del hambre"

También aludió a la aparición de Javier Milei en Bahía Blanca, con su particular vestimenta. "Y hay un presidente que se disfraza de Rambito y Rambón, para demostrar que son fuertes, que hay fortaleza, que van al combate con todo", continuó, para luego subir también a la pasarela la ministra de Capital Humano. "Aparece (Sandra) Petovello, diciendo que quiere pelear contra los movimientos que quieran manifestarse", sostuvo.

A la vista de este panorama, reflexionó: "Bueno, no está mal. Es lo que la gente votó, es lo que quiere la gente. El tema es cómo termina todo esto", dijo, aventurando que puede llegar a un "nivel de violencia inusitado, porque hay una situación de ajuste que es lo más grave". 

Sostuvo entonces que lo peligroso no es "lo formalizado, lo dialéctico, lo discursivo, lo verbalizado. Lo más grave es que cuando entrás a un supermercado sentís impotencia porque, o no te alcanza la guita, o decís ‘hoy lo pago y mañana no sé’".

Fue entonces que recordó la suba desenfrenada en los combustibles, y el argumento de que hay que llevarlos al precio internacional: "Va hacia los precios de Europa... pero los salarios no". 

"Sinceramos el precio de los combustibles, sinceramos el precio de la luz, pero no sinceramos el precio de los salarios. Y eso es lo complicado, porque si vos no sincerás todo, hay una variable que te queda retrasada y es la variable del hambre. Justamente del hambre", concluyó.