Mientras trabaja en la elaboración del texto para la apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso, motivo por el cual suspendió la reunión de gabinete, se conocieron pormenores de la entrevista que el presidente Javier Milei brindó al diario Financial Times. 

En ese marco, le envió un duro mensaje a los diputados y senadores opositores que no acompañen sus proyectos de ley, ya que advirtió que "serán identificados como enemigos del cambio".

Además, admitió que “en el largo plazo se necesita al Congreso” para gobernar, pero aclaró que momentáneamente puede impulsar medidas a través de la firma de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU).

“Hay otras reformas que podemos hacer por decreto, cambiando la aplicación de las leyes, y todo eso lo haremos”

El Gobierno aspira a enviar más de reformas económicas, pero planifica hacerlo pasadas las elecciones legislativas del año 2025. “Estamos listos para devolver todas las reformas después del 11 de diciembre de 2025. Hemos enviado 1.000 pero aún nos quedan 3.000 más por presentar”, aseguró el jefe de Estado.

Según Milei, “no se sale de la pobreza por arte de magia" sino "con capitalismo, ahorro y trabajo duro”, y en eso trabaja por lo que instrumentó el recorte de fondos provinciales, el congelamiento de presupuestos y mantuvo a raya los aumentos en asistencias estatales.

Hiperinflación imaginaria y cepo

“Hemos evitado la hiperinflación. Nuestro objetivo es seguir bajando la inflación… terminar de limpiar el [balance del Banco Central]. Una vez que el Banco Central esté limpio, planeamos levantar los controles cambiarios. El FMI estima que podríamos hacerlo a mediados de año”, anticipó.

El Presidente considera que levantar los controles de cambio facilitaría la llegada de inversiones, lo que podría ser "el punto de despegue para que el próximo año la Argentina esté creciendo de manera fuerte, sólida, sustentable y con baja inflación”. 

A pesar de sus duras medidas de ajuste para lograr el equilibrio de cuentas, el Presidente descarta la posibilidad de focos de conflicto como sucedió en otros momentos de la historia, incluso en países vecinos como Chile.

 "Hay cero posibilidades de que se produzca un levantamiento social, a menos que haya un evento con motivaciones políticas o [uno que involucre] a infiltrados extranjeros", indicó, y completó: "Los gobiernos de izquierda trabajan juntos para intentar sabotear a aquellos que no son como ellos".