La justicia rosarina se encuentra trabajando para esclarecer el móvil del crimen de Leoncio Bermúdez, un subinspector asesinado a sangre fría de dos disparos en la cabeza por uno de los cuatro sicarios que ingresaron al Hospital Provincial. La víctima se encontraba acompañado por su hija de 10 años. 

“En la noche de guardia,  el policía estuvo con su hija de 10 años y ella presenció el crimen de su papá, atrincherada en la garita. Cuando su papá fue al encuentro de los delincuentes, en la puerta, ya en la calle lo remataron de dos disparos a Bermudez”, enfatizó Luis Bastús, periodista Rosarino.. 

Consultado por Canal Extra TV, Bastús detalló que el hecho ocurrió cerca de las 22 y que dos sicarios quedaron haciendo de “campana”, mientras otros dos ingresaron al nosocomio. Los hombres ingresaron con los rostros parcialmente ocultos por los barbijos y para simular pidieron indicación para “ir al baño”. 

En el hospital estaba internado el recluso Javier Lencina, por un cuadro de tuberculosis. El preso tiene varias causas por homicidio: una en grado de tentativa, y otra como instigador. Todas son causas vinculadas al narcomenudeo en el barrio Nuevo Alberdi. Por ambos delitos cumple una condena unificada a 22 años de prisión.  

La  Justicia investiga si se trató de un “ajuste de cuentas” o un “intento de liberar” a Lencina, que hoy iba a recibir el alta e iba a regresar al penal de Rosario a seguir cumpliendo su condena. 

Según amplió Bastús, Lencina respondía a la banda de Hernan Lichi Romero, preso por liderar una banda de asociación ilícita, acusada de la venta de estupefacientes, extorsión y usurpación, que domina el noroeste de Rosario.

Bastús enfatizó la “complicada” situación en Rosario, donde ya que ocurrieron más de 220 asesinatos en lo que va del año. Sólo en las últimas 48 horas hubo siete  asesinatos en peleas entre bandas por disputas territoriales.